Hace 10 meses

Manuel, de Córdoba

Todo sucedió en Londres, en julio del 2022, en unas vacaciones con mis dos nietas de 14 años y mi esposa. Con la excusa de que las nenas practicaran el inglés pudimos disfrutar de ellas y con ellas durante veinte días, veinticuatro horas cada día. Ellas creían que nosotros les hacíamos un regalo, pero realmente el regalo nos lo estaban haciendo ellas a nosotros.

Un día, al bajar del autobús en la calle Oxford Street, nos dimos cuenta que la mochila de mi esposa estaba abierta. No era normal porque ella es muy cuidadosa con las cremalleras de la mochila. Y efectivamente nos habían sustraído la cartera con la documentación tarjetas de crédito y el dinero. Inmediatamente nos fuimos a la comisaría, nos informaron de los trámites y pusimos los correspondientes denuncias online. Las nenas se tuvieron que emplear a fondo y aplicar todo lo aprendido con su profesor de inglés. Por supuesto, dimos de baja inmediatamente la tarjeta de crédito.

A la vuelta nos tocó la renovación de la documentación. ¿Lo positivo de esto?, pues que mis nietas demostraron que sabían desenvolverse perfectamente con el idioma. Y también aprendimos que las mochilas, cuando vamos de turismo a ciudades, hay que llevarlas en el pecho y no en la espalda.