#MAPFREstories

Tuve un problema en una finca de mi propiedad, al caerse un árbol provocado por el temporal, y el seguro me ha cubierto los daños, con reclamación a un tercero.

Muchas gracias al técnico que llegó con una grúa de enganche trasero en un todoterreno, había un poco de nieve y subió por encima del montículo, aparcando de forma sorprendente. Me dijo lo que costaba la nueva batería y acepté. Rápido y sencillo, no tardo ni cinco minutos, y me colocó una batería Varta, la cual, arrancó a la primera. Muchísimas gracias.

No pudimos llevar el coche en un par de semanas por el estado de las vías debido a la nieve, pero una vez que lo llevamos fue todo rapidísimo. Solicité fecha de peritación por la app, acudió el perito y en 3 días el coche estaba listo. Muy contenta con la gestión y con el taller Carbross, muy amables y rápidos.

La reparación de una avería eléctrica en medio de la gran nevada. A pesar de las inclemencias del tiempo y de la dificultad del hielo y nieve, fueron rápidos y eficaces.

Muy satisfecha con el servicio del seguro hogar MAPFRE. El día anterior a la llegada de la nevada, el cristalero dejó reparado el cristal de la chimenea, habiendo dado el parte el día anterior. Rapidez y profesionalidad.

Renovando los muebles de la cocina, me encontré con varios problemas con la caldera. La primera vez que les avisé, perdía agua que me había calado el mueble del fregadero. MAPFRE me abonó el importe de los daños que el agua había hecho en el mueble. Poco después, directamente la caldera ni se encendía. Lo pusieron como urgente porque era cuando las nevadas y no tenía agua caliente. Vino rapidísimo, la dejó funcionando esa tarde. Muy contenta con el servicio, la verdad.

Ante la imposibilidad de acceder a mi vivienda en los días posteriores a la borrasca Filomena, se gestionó mi siniestro por video peritación y todo fue muy rápido, profesional y satisfactorio.

Hace dos años compré una caldera Saunier. La instalación de la salida de condensación los tubos que salen a la calle me empezó a dar problemas; entraba agua a la caldera, el instalador me la arregló dos veces, seguía dando problemas… Con la llegada de Filomena, la nieve y la ventisca, remató la faena y la caldera se me paró. Harto de la situación, llamé a MAPFRE, enseguida vino el profesional de las calderas, lo cambió, la arregló, y ahora va como un tiro. Menos mal que quedan profesionales en España.

Siempre que llamo para solucionar cualquier cosa me atienden con muy buen trato y mucha celeridad, incluso en época de coronavirus o de Filomena. He tenido que hacer el uso tanto del seguro de autos como del de hogar, por varias causas y MAPFRE nunca me ha fallado.

Tras muchos cantos de sirena, ofreciéndome el seguro mucho más barato, desestimé cambiar de compañía, y después de más de 30 años, recientemente tuve un pequeño percance con Filomena que se solucionó de manera rápida y eficaz. El taller me lo dejó perfecto en solo tres días, en los cuales me dejó un vehículo de cortesía para desplazarme al trabajo. Muy satisfecho.

Me quede tirado ante la nevada impresionante de Filomena. El coche se averío, vino un taxi inmediatamente y se llevó a mi familia al lugar donde íbamos a desplazarnos, y a mí, me recogió una grúa y me llevó a un taller. Así es como tiene que funcionar un buen seguro.

Comparado con otros seguros que tengo contratados con el banco con el que llevo más, MAPFRE, desde mi punto de vista, en los dos problemas planteados desde la crisis ha estado a la altura de las situaciones y la problemática que lleva sufriendo este país. Sin importarle una baja en sus beneficios, toda la cadena de su equipo humano se ha volcado en ayudar en todos los sentidos al cliente. En mi caso concreto, me han ayudado a arreglar los desperfectos ocasionados por el temporal Filomena. Espero que esto redunde en un beneficio posterior, incrementando el salario de su gran equipo humano.

Cuando aterricé en el aeropuerto de Lavacolla en un avión que llegaba con 6 horas de retraso. Eran las tres de la madrugada, la temperatura estaba bajo cero, hacía un temporal considerable y el coche -que llevaba más de una semana en la calle- no encendía. Incluso a las tres de la mañana, MAPFRE me atendió con la amabilidad de siempre. La grúa llegó, solucionó el problema y además con una sonrisa y un “bienvenida”. Sentí que MAPFRE sustituía a mi padre, a quien no había querido despertar.

En un viaje por carretera, nos quedamos atrapados en la nieve y la reacción de MAPFRE fue rápida y eficiente. Pudieron llevarnos a un hotel donde pasar la noche y volver al día siguiente a recoger el vehículo. Y sin que yo tuviera que abonar nada por adelantado y luego reclamarlo. Simplemente MAPFRE, desde el primer momento, asumió esa contingencia facilitándonos poder afrontar esa difícil situación.