Una casa a la que llamar hogar

Hace 9 meses

Xavier, de Girona

Hace muchísimos años alquilamos una vivienda al poco de casarnos. En una de las cláusulas del contrato se especificaba que, en caso de cualquier incidente que le ocurriera a la propiedad, debíamos hacernos cargo de su reparación. Si no teníamos suficientes recursos para comprar la nuestra, ¿Cómo íbamos a reparar la casa de otra persona? Por eso nos decidimos a contratar la primera de las pólizas MAPFRE. Con el paso de los años hicimos lo propio con un automóvil, un segundo automóvil, una vivienda propia (¡por fin!) y un tiempo después se repitió la historia con una segunda residencia. Y así seguimos… Y por supuesto, siempre en MAPFRE.