Al calor de tus palabras

Hace 3 días

Susana, de Cantabria

Me iba de viaje, una escapada para visitar a mi familia en Valladolid desde Castro Urdiales. A la altura de Aguilar de Campo, el coche comenzó a dar tirones pero seguí andando con él. Unos diez kilómetros más adelante, un piloto del salpicadero se encendió y decidí buscar un sitio donde parar a pedir asistencia. Llamé a mi agente MAPFRE. Todo facilidades y rapidez.

Me calmaron porque estaba un poco nerviosa y enseguida me llegó un mensaje de que la grúa se ponía en camino. A los dos minutos, me llamó la empresa de la grúa preguntándome cuál era el problema y preguntando todos los detalles del taller al que quería llevar el coche, se los di y me dijeron que el taxi también llegaría enseguida. En tan solo 15 minutos tenía el taxi parado junto a mi. El taxista, con mucho cariño y amabilidad, me preguntó qué me había pasado, y me dijo que en nada estábamos en casa. Poco más tarde llegó la grúa, tomaron mis datos y revisaron el coche para asegurarse que estaba todo bien. Firmé el papel de entrega y me dijeron que debido a la hora que era no entregarían el coche esa tarde, porque el taller estaría cerrado, pero que al día siguiente, a primera hora el coche estaría en el taller. Mi coche sobre la grúa y, a mi, el taxi me llevó de vuelta a mi domicilio. Un viaje ameno.

Al día siguiente, tal y como me prometió el señor de la grúa, mi coche estaba en el taller. Ya lo tengo arreglado y tan solo han pasado 4 días desde que se averió. Servido rápido, amable y sobre todo cercano. Me sentí tratada muy bien, y mi coche solo tenía una avería, pero cuando puedes tener un accidente más complicado es importantísimo tener a gente cercana que te ayude y te aporte en esos momentos. Un 10 a MAPFRE y a sus profesionales. Gracias.