Hace 2 años

Mari Carmen, de Madrid

Volvíamos de pasar unos días en un pueblo de Alicante. A 56 km del mismo, tuvimos que parar porque la temperatura del coche era muy elevada. Supuestamente ya habían reparado la avería, era algo distinto que nos impedía avanzar. Tuvimos que llamar a MAPFRE. Fue muy fácil y rápido. Nos mandaban grúa y taxi. El problema era que no sabía ubicarme porque nos desviamos del camino y no teníamos puntos de referencia. Tanto la persona que nos atendió, como el señor de la grúa y el taxista, pudieron localizarnos y, en menos de 20 minutos, estábamos de vuelta al punto de origen. Finalmente, la mala experiencia de la avería se volvió menos mala por la excelente atención. Muchas gracias MAPFRE.