Hace 1 año

Joaquín, de Barcelona

Sucedió en La Cerdaña francesa, en agosto. Mi esposa y yo habíamos terminado de colocar todo el equipaje en el coche después de levantar la tienda de campaña en el camping de Osseja, un lugar bastante apartado de la carretera y de acceso complicado, cuando la batería estaba prácticamente descargada. Llamé a MAPFRE y la operadora me mandó una aplicación que me permitió devolverle mi ubicación. En 20 minutos tenía la asistencia que me arrancó el coche y pudimos viajar hasta casa.En otra ocasión, habíamos llegado desde nuestro domicilio en Barcelona hasta el parque natural del Montseny. Desde Viladrau, emprendimos la carretera que cruza el parque pasando por Sant Marçal y Sta. Fe, a unos 12 Km. de Viladrau. Junto al aparcamiento tomamos una pista forestal y después de unos 200m paré el coche, bajamos para sopesar si nos quedábamos a comer nuestro picnic y dónde aparcábamos para no molestar. Una vez decidido que nos quedábamos, vuelvo al coche y al pulsar el botón de arranque no dio la más mínima señal.  Esta vez la grúa tardó más debido al exceso de servicios solicitados al poder salir después del largo confinamiento por el Covid-19.Se vio que no se trataba de la batería. Por lo cual, se requirió un taxi que apareció en breve y nos devolvió a casa mientras la grúa se llevó el coche a su base para traerlo a mi mecánico en Barcelona. Es de destacar la amabilidad servicial tanto de la operadora y de los gruistas, como del chofer del taxi. Una vez más, me siento muy satisfecho de poder contar con una compañía de seguros tan eficiente.