Princesas y príncipes

Hace 2 semanas

María, de Baleares

Érase una vez una mujer ya entrada en edad, que nota que su vehículo hace un ruido raro y le cuesta girar.
La pobre, después de una visita dolorosa al dentista, se encuentra con un neumático pinchado, dolorida y nerviosa no sabe en ese momento cómo solucionar el problema, Llama a un familiar para que le ayude.

Pasada una hora, llega un príncipe en su carroza roja, sale con una enorme sonrisa y muy amablemente le cambia el neumático sin dudarlo. Un trabajo limpio y rápido.

Le da un par de consejos para que lleve el neumático a un taller lo antes posible, y con la sonrisa con la que llegó, se marchó.

¡Gracias!